miércoles, 24 de noviembre de 2010

Dólar, G20 y Derechos Especiales de Giro (DEGs).

G20: En pos del dólar

Por Luis Gamero Russo

La temporada de caza en pos del dólar parece haberse iniciado y aquellos que afirman que en la reciente reunión del G-20 en Seúl no se logró nada de importancia, están equivocados. En conferencia de prensa al término de la reunión, el Presidente francés Nicolás Sarkozy dio a entender que el Presidente chino, Hu Jintao, y él habían acordado una estrategia para, en los próximos doce meses, cuestionar el papel del dólar norteamericano como principal moneda de reserva internacional y reconoció que el tema principal de su agenda como nuevo titular del grupo será la revisión del sistema monetario internacional.

Mientras tanto, y para confirmar la estrategia, Hu, quién visitó a Sarkozy antes de la reunión del G-20, está organizando un "seminario" sobre el mismo tema en la primavera (del hemisferio norte) del 2011 bajo los auspicios del mismo G-20.

Que los chinos aparezcan organizando un "seminario" de esta naturaleza no es coincidencia, pues la mayoría de sus reservas internacionales están denominadas en dólares y están desesperados de que estas sigan perdiendo valor. Y aunque seguirán con su estrategia de diversificación de sus reservas y compra de activos en ultramar, están muy preocupados.

Y ya en Marzo del 2009, el Gobernador del Banco Central de China, quizás anticipando lo que se veía venir, había propuesto reemplazar al dólar con la moneda que se utiliza en el Fondo Monetario Internacional: los Derechos Especiales de Giro (DEGs). Su propuesta cayó en sacos rotos en aquella oportunidad, pero como la crisis de las monedas internacionales está cada vez peor, sobre todo después del anuncio del maquinazo de la FED, ahora quizás hay más urgencia para llevarla a cabo.

Los DEGs son en realidad una moneda virtual cuyo valor fluctúa todos los días en base a una canasta de monedas (dólar, yen, euro y libra esterlina). Para lograr los objetivos chinos de reemplazar al dólar, habría que pensar en añadir a la canasta unas moneditas más, definitivamente el yuan chino, quizás el dólar canadiense, o el dólar australiano, o el real brasileño, y hasta posiblemente algunas oncitas de oro. Esas son las decisiones que se tendrán que tomar en una reorganización del sistema monetario internacional que se ve venir.

Y aunque no queda claro todavía hacia donde derivará todo esto, estoy convencido que se avecinan tempestades pues los norteamericanos la van a pelear bien firme antes de dejar su privilegiada posición de ser el único país que, con déficits fiscales crecientes y deudas públicas tan altas, pueden seguir endeudándose a tasas tan bajas y seguir siendo la "base" para calcular el riesgo país cero.

Fuente: Bajo la Lupa. Lunes, 22 de Noviembre del 2010.

Recomendado:

Guerra de divisas (I)

Guerra de divisas (II)

sábado, 20 de noviembre de 2010

El Dólar, la última ventaja importante con la que cuenta EE.UU. El mundo multipolar de divisas y el peligro de constantes virajes enla tasas de cambio

Guerra de divisas (II)

Por: Guillermo Giacosa (Periodista)

Decíamos ayer que Immanuel Wallerstein es uno de esos críticos de la realidad imprescindibles para construir un mundo viable. Sintetizamos la primera parte de su texto publicado en La Jornada de México sobre la guerra de divisas. Comienza afirmando que “las divisas son un problema económico muy particular. Porque las divisas son la verdadera relación donde unos ganan y otros pierden. Sean cuales sean los méritos de la revaluación o devaluación de una divisa, estos méritos son ganancias solo si otros pierden”. Y explica que el dólar es la última ventaja importante con que cuenta EE.UU. y hará lo imposible para mantenerla. Para ello requiere de la voluntad de otros países para usar el dólar y para invertir en bonos del Tesoro. Ocurre que la tasa de cambio del dólar ha ido deslizándose constantemente y ello significa que lo invertido en bonos del Tesoro vale cada vez menos. Llega un punto en que las ventajas de tal inversión serán menores que la pérdida del valor real de las inversiones en bonos del Tesoro. Ambas curvas se mueven en direcciones opuestas. El problema es que si el valor de unas acciones cae, los dueños querrán deshacerse de ellas antes de que caigan más. Pero si un accionista grande se deshace de ellas, impele a que otros corran a vender, lo que ocasiona pérdidas mayores.

Wallerstein agrega: “El juego es encontrar un momento elusivo para deshacerse de las acciones: uno que no sea ni demasiado tarde ni demasiado pronto ni demasiado lento ni demasiado aprisa. Esto requiere un sentido perfecto del tiempo, y la busca de esta sincronía perfecta es el tipo de juicio que con frecuencia se tuerce. Esto es lo que veo como retrato básico de lo que está ocurriendo y ocurrirá con el dólar. No puede mantener el grado de confianza mundial de que gozó. Tarde o temprano, la realidad económica lo provocará. Puede ocurrir en una conmoción de cinco minutos o en un proceso más lento. Y cuando ocurra, la pregunta es ¿qué pasará entonces?”.

El autor advierte: “No hay otra moneda que tenga el equilibrio necesario para reemplazar al dólar como divisa de reserva. Siendo ese el caso, cuando el dólar caiga no habrá divisa de reserva. Estaremos en un mundo multipolar de divisas. Y un mundo multipolar de divisas es un mundo muy caótico, en el cual nadie se siente a gusto porque los constantes virajes repentinos de las tasas de cambio hacen muy precarias las mínimamente racionales predicciones económicas a corto plazo. El director del FMI ha anunciado que nos hundimos en una guerra de divisas, cuyo resultado podría tener un impacto negativo y muy dañino en el largo plazo. Una posibilidad es que el mundo pueda revertir –y a mí me parece que ya lo está haciendo– a acuerdos de trueque de facto, una situación que no es en realidad compatible con el funcionamiento efectivo de la economía-mundo capitalista”.

Fuente: Diario Perú 21. Vie. 12 nov '10.

Recomendado:

Las divisas, la verdadera relación donde unos ganan y otros pierden. Los méritos de la revaluación o devaluación de una divisa.

Guerra de divisas (I)

Por: Guillermo Giacosa (Periodista)

Immanuel Wallerstein es uno de esos críticos de la realidad cuya presencia es imprescindible. Acaba de publicar, en La Jornada de México, un artículo sobre la guerra de divisas. Comienza afirmando que “las divisas son un problema económico muy particular. Porque las divisas son la verdadera relación donde unos ganan y otros pierden. Sean cuales sean los méritos de la revaluación o devaluación de una divisa, estos méritos son ganancias solo si otros pierden. No puede todo mundo devaluar al mismo tiempo. Es imposible lógicamente y por tanto carece de sentido político. La situación mundial es conocida. Hemos estado viviendo en un mundo donde el dólar estadounidense es la divisa mundial de reserva. Esto le ha dado a EE.UU. un privilegio que ningún otro país tiene. Puede imprimir su divisa a voluntad, siempre que piense que al hacerlo resuelve algún problema económico inmediato. Ningún otro país puede hacer esto, o más bien dicho, ningún otro país puede hacerlo sin penalización mientras el dólar se mantenga como la divisa de reserva aceptada. Es también sabido que el dólar ha estado perdiendo su valor en relación con otras divisas. Pese a las fluctuaciones, la curva ha sido descendente tal vez durante 30 años, por lo menos. China, Corea y Japón tienen políticas relativas a las divisas que otros países critican y que merece la atención en los medios. Sin embargo, para ser justos, en este momento no es fácil establecer la política más sabia, aun desde la perspectiva egoísta de cada país”.

Continúa Wallerstein: “Creo que el asunto subyacente es más simple que las enredadas explicaciones de los analistas. Comienzo con unos supuestos. El estatus del dólar como divisa de reserva del sistema-mundo es la última ventaja importante con que cuenta hoy los EE.UU. Es por tanto comprensible que ese país hará lo que pueda para mantener esa ventaja. Para hacerlo requiere de la voluntad de otros países no solo para que usen el dólar como modo de calcular las transferencias, sino como algo en lo cual invertir sus excedentes, particularmente en bonos del Tesoro”.

El autor agrega: “No obstante, la tasa de cambio del dólar ha ido deslizándose constantemente. Esto significa que tales excedentes invertidos en bonos del tesoro valen menos conforme pasa el tiempo. Llega un punto en que las ventajas de tal inversión –siendo la principal ventaja el sostener la capacidad de las empresas estadounidenses y los consumidores individuales para pagar por sus importaciones– serán menores que la pérdida del valor real de las inversiones en bonos del Tesoro. Ambas curvas se mueven en direcciones opuestas. El problema es uno que está presente en cualquier situación de mercado. Si el valor de unas acciones está cayendo, los dueños querrán deshacerse de ellas antes de que caigan muy bajo”.

Fuente: Diario Perú 21. Jue. 11 nov '10.
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Recomendado:

sábado, 6 de noviembre de 2010

Dos modelos de desarrollo: impulso de la demanda externa, especializado en materias primas y la producción de bienes y servicios transables.

Rodrik: hacia otro modelo de desarrollo

Por: Humberto Campodónico (Economista)

En América Latina ha habido dos modelos de desarrollo. Uno de ellos descansa en el impulso de la demanda externa y se ha especializado en los productos básicos (materias primas, productos agrícolas). Cuando hay un “boom” de precios, mejoran los términos del intercambio y los ingresos por exportaciones. El problema es que este modelo descansa demasiado en esa coyuntura externa y tiende a “ponerle candado” a las condiciones existentes, impidiendo el avance hacia el desarrollo de otro tipo de oferta productiva.

El otro modelo son las economías asiáticas, que se basa en una transformación doméstica de la estructura económica, orientándola hacia la producción de bienes y servicios transables (que se pueden exportar). Su dinamismo viene “desde adentro”, utilizando la tecnología y la innovación, pero con la característica central de que no se basa en nuevos inventos, sino en adoptar y adaptar la tecnología existente.

Que algo sea “nuevo” para el Perú no quiere decir que sea nuevo para el mundo porque de lo que se trata es de cerrar la brecha entre la frontera tecnológica y nosotros. Y hay que apurarse porque cerrar esa brecha de productividad es más difícil que antes. Si vamos por ese camino, entonces tenemos que la cuestión central de este modelo es que interesa menos cómo les va a “los de afuera” pues lo que verdaderamente importa es lo que pasa “adentro”.

Así comenzó, ayer viernes, la charla del economista de Harvard, Dani Rodrik, que ha sido invitado por la Universidad Católica. Rodrik se especializa en las investigaciones sobre la economía del desarrollo, las mismas que pasaron a segundo plano desde los años 90, cuando las políticas del Consenso de Washington (apertura, liberalización y desregulación de los mercados) tomaron la batuta.

Agrega Rodrik que el modelo de los países asiáticos tiene tres ingredientes clave. El primero es que promueve la diversificación y el cambio estructural en la economía, lo que significa que los gobernantes ven a esta política como una necesidad y no la delegan a funcionarios de segunda categoría. Es incluso el Presidente de la República quien asume el liderazgo.

El segundo es que debemos tener un tipo de cambio competitivo y estable, lo que implica que no debe dejarse que se revalúe la moneda nacional. Esto es muy importante porque nada puede proteger a los industriales de un tipo de cambio bajo. Para lograrlo, no basta una sola medida (como por ejemplo los controles de capital) sino que hay toda una gama de políticas que se pueden aplicar.

El tercer ingrediente es la política industrial (o política productiva). Dice Rodrik que no se trata de “seleccionar a los ganadores” ni de “aplicar subsidios a discreción”. Afirma que se trata de un marco institucional en el que se lleve a cabo el diálogo y la colaboración público-privada. Es de allí que saldrán las políticas. Se trata de un proceso de transformación productiva en la que, una vez, más, el liderazgo político es indispensable.

Para Rodrik, la actual situación económica mundial no pinta un cuadro optimista y afirma que no vamos a regresar a una situación pre crisis del 2008, lo que quiere decir que el modelo primario exportador no es sostenible. Europa no va a ser un motor del crecimiento y EEUU sigue viviendo las secuelas de la crisis, a lo que se agrega ahora un Congreso dividido después de las recientes elecciones.

Por tanto, tendremos tasas de crecimiento mundial bastante menores y habrá muchos países con poderes intermedios. En este marco de debilidad en la gobernabilidad global será difícil enfrentar las turbulencias económicas y financieras, así como el proteccionismo. Lo que hace indispensable, entonces, orientarse al modelo de las economías asiáticas. ¿Lo escucharán los políticos en esta campaña? Esperemos que sí.

Fuente: Diario La República (Perú). Sáb, 06/11/2010.